Creo que la frase del titulo, con la que nos están bombardeando desde los medios, es peligrosa. Me parece que esta inscripta (junto a otras “movidas” como reflotar en este momento la cuestión Malvinas) en una estrategia que apunta a instalar algún tipo de nacionalismo en la cabeza de la gente. Peligrosa porque implica diferenciar innecesariamente a los “de adentro” de los “de afuera": si es necesario decir que nosotros somos buena gente, es porque los otros no lo son. Y están dadas las condiciones para un socialismo nacional… o un nacional socialismo.
Ya esta el sentimiento de humillación de las clases medias; ya están los ejércitos de pobres organizados y entrenados para marchar sobre las ciudades (por ahora solo con palos y encapuchados), en perfectas formaciones dirigidos por sus comandantes (por ahora solo “dirigentes sociales”); ya tenemos una oposición temerosa, incapaz, pusilánime, que no tiene ninguna posibilidad de acceder al poder; ya tenemos una generalizada y creciente sensación de incomodidad con la presencia de vecinos bolivianos, chinos y africanos; ya tenemos un poderoso y efectivo sistema judicial manejado por el ejecutivo; ya tenemos fuerzas de seguridad históricamente racistas; ya tenemos grandes grupos económicos acostumbrados a acomodarse y hacer negocios con el gobierno de turno, sin importar su signo ideológico. Un punto en el que coincidirán los poderes económicos con el poder político, y que permitirá la implantación de una dictadura, será la necesidad de controlar a la población : los malos manejos de la economía nos llevaran a una situación de mas miseria , y el recuerdo de los saqueos es inquietante. El miedo es un poderoso aglutinador.
Y sobre todo estamos por tener consolidado a un grupo con hambre de poder, sed de revancha, fanáticos, bien organizados, violentos , con ideas viejas pero con la fuerza nueva de la juventud. Un pequeño grupo con un jefe, un líder, un conductor. Un grupo que a través de la democracia nos llevara como ovejas hacia el totalitarismo.
¿Qué hacer? Probablemente la maquinaria puesta en marcha ya sea imparable. Es solo cuestión de tiempo, de muy pocos años de gestación: el huevo de la serpiente ya esta entre nosotros.
Creo que, aunque perdida de antemano, la batalla hay que darla. También creo, que con todas sus limitaciones, intereses particulares o sesgo ideológico, es la prensa la única en condiciones de hacerlo. También creo que ya que los partidos políticos son inoperantes, los intelectuales mas lucidos deberían proclamarse incesantemente sobre el curso de los acontecimientos. Insisto, ya es una guerra perdida. Pero se debe participar por una cuestión de dignidad.